Déjame todo

Déjame en la luna tus miradas
para contemplarte cada noche,
déjame en el rió tus suspiros
para buscarlos en el mar,
déjame en el sol tus sonrisas
para que iluminen mis días,
déjame en el aire tus caricias
para sentirlas al amanecer,
deja tus palabras en el alba
para tomarlas en las mañanas,
deja tus labios en el agua
para besarlos a cada instante,
déjame toda tu dulzura
para desterrar de mi la amargura,
deja tu perfumen en mi alma
para buscarte en mis sueños,
déjate entera en mi almohada
para poseerte cada noche,
deja tu retrato en mi cuarto
para ver un ángel cada día,
y deja tus manos en mi espacio
para bailar solamente contigo,
pero no me dejes tu ausencia
porque no sobreviviré mas en mí…

Canto de envidia

Siento envidia del viento
porque besa tus cabellos
de azabache y seda,
envidia porque al caminar
es tu compañero fiel
que conoce tus secretos,
envidia porque te recorre
mientras duermes
acariciando tu existencia,
envidia porque refresca
la calidez de tu embrujo
y el calor de tu presencia,
siento envidia del viento
porque el va donde vas
y porque no puedo ser yo.

Siento envía del agua
que acaricia tu piel
navegándola como un velero,
envidia porque fría
apacigua la calidez
que llevas en los poros,
envidia de la tolerancia
que le concedes cada día
para cubrirte de felicidad,
envidia del agua tibia
porque calma el frío
del invierno de tu amargura,
envidia del tus lágrimas
en primavera y en otoño
que acarician tus mejías...

En nuestro mundo

No hay espacio en tu jardín
que no me envuelva lentamente
con perfumen a rosas y mujer
para rendirme en tus labios,
no hay lugar en tu mirada
que nos separe de este mundo
donde entras tú, el mar y el cielo
y que es solo para los dos,
no hay salida de este sueño
porque donde miremos
corramos o escapemos
felizmente estas a mi lado,
no hay mejor laberinto
que tus cabellos de seda
como largos hilos de incienso
me envuelven en tu prisión.

Quisiera escapar de tu lado
para extrañarte aún más,
llevando en mi pecho
la felicidad que es tu sonrisa,
en mis temblorosas manos
el poder que es tu ternura,
quisiera saber si soy capaz
de al menos intentar vivir sin ti,
porque aún sin sentir las cadenas
se que soy esclavo de tu dulzura,
y sabiéndome estar vivo
no hago más que respirar tu aliento,
sintiéndome sin abrigos
vivo invadido con tu calor,
ensayando alejarme a ningún lado
pero queriendo estar solo contigo…

Piel del dolor

Como el sol rompiendo el alba
despiertan mis ojos sin calma
contemplando el dolor en tu piel,
mirando el galopante sufrimiento
grabado en tu sollosante rostro
me dejo golpear para comprenderte,
tocando el color de tus tristezas
acaricio cada embate del impío
que se ensaña con tu humildad,
anteponiendo mi torso al aire
para saber el dolor del zarpazo
pretendo ayudarte en tu sufrir,
sin embargo, ni el sol ni el frió
ni los duros zarpasos del abuso
alejan tus manos de la tierra,
hombre de tez de hierro
de esperanzas invencibles
y campesino del PERÚ...